domingo, 17 de octubre de 2010

Introduccion a la historia del arte - La historia del arte como disciplina

El historicismo

Al empezar a estructurarse el conocimiento de las obras artísticas de la Antigüedad, con objeto de explicar su belleza, comienza la Historia del Arte como disciplina. En este sentido, el libro de Winckelmann, Historia del Arte en la Antigüedad (1764) se considera un hito, aunque hay antecedentes, como los escritos del latino Plinio el Viejo (24-79 d.C.) o de Vasari, con sus Vidas de Artistas (1550-1568), en el Renacimiento.
A lo largo de los siglos XIX y XX han sido muchos los expertos que han aportado puntos de vista, a veces muy distintos, para abordar, siempre con criterios científicos, el estudio del arte. Como herencia de esa rica experiencia, nos encontramos hoy con diversas tendencias historiográficas, cada una de las cuales aporta un método que el historiador del arte puede utilizar para la comprensión del hecho artístico.
La consolidación de la figura del artista a partir del Renacimiento ha servido para justificar una historia del arte basada en nombres y obras con características comunes. Para ello se cuenta con documentación, pero, sobre todo, nos apoyamos en la observación de rasgos diferenciales en las obras, lo que permite una presentación cronológica y jerarquizada de estas. Desde la pasión de los antiguos expertos (Morelli, Berenson, Venturi, Longhi) hasta la aplicación de las modernas técnicas de laboratorio, ese método de ordenación sigue vigente.

El formalismo

Para los teóricos del arte de la escuela del formalismo la verdadera esencia de la experiencia estética está en las formas, entendidas en sentido abstracto. Riegl, Wölfflin o Focillon fueron los defensores clásicos de este sistema; el fundamento para los grandes conceptos estilísticos que se manejan actualmente hay que situarlo en su pensamiento.

La iconografía

En parte como reacción al formalismo, un grupo de historiadores del arte, entre los que destacan Aby Warburg (1866 -1929) y Erwin Panofsky (1892-1968), reivindicó la necesidad de estudiar el significado y la función de las obras de arte. Ello supone poner en relación temas y símbolos con las fuentes literarias que permiten interpretarlos.

La sociología del arte

La necesidad de explicar la obra de arte en el contexto histórico, se considere o no condicionada por él, ha tenido muchos partidarios, aunque las propuestas concretas de análisis no necesariamente tienen que ver entre sí.
En el siglo XIX, Burckhardt explicó el Renacimiento italiano en términos culturales (1860) y Taine reflexionó sobre el determinismo del medio geográfico (1865). El materialismo histórico es, también, una forma de sociología del arte.
Más tarde, Sedlmayer (1949) y otros hablaron de la historia del espíritu, donde el arte se entendía como resultado de grandes ideales.
Muchos historiadores actuales (Haskell, Boime) se fijan específicamente en cuestiones sociales: para ellos la historia del arte aparece ligada a sistemas de producción y difusión, identidades colectivas o aspiraciones políticas o culturales.

La psicología del arte

La psicología del arte estudia las imágenes tanto en función de las experiencias vitales del creador como en relación con el resultado que producen en el inconsciente individual o colectivo. Rudolf Arnheim es el principal representante de esta vertiente.

El estructuralismo

El estructuralismo supone la consideración del arte como un tipo de lenguaje, es decir, la obra de arte se construye como un sistema de signos que producen una comunicación. Su interpretación sería similar a la que se hace de un texto, que posee su propia estructura y define una relación específica entre sus partes.

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